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miércoles, 9 de octubre de 2013

¿EXISTIÓ LA MANZANA DE ….. NEWTON?

EN REALIDAD, ¿EXISTIÓ LA MANZANA DE ….. NEWTON?




     Algunos piensan que sí y otros que no. Lo cierto es que son pocas las veces  en que nos habremos imaginado al famoso físico Isaac Newton sentado a la sombra de un manzano, deduciendo su Ley de la Gravitación Universal, mientras contemplaba la caída de uno de sus frutos hacía el suelo. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?          


Se dice  que Sir Isaac Newton, el famoso físico y matemático inglés, concibió su Ley de la Gravitación Universal –uno de los hitos más importantes de la física- estando a la sombra de un manzano. Mientras descansaba plácidamente, la caída de una manzana le hizo reflexionar sobre la causa que la provocaba, para llegar finalmente a la conclusión de que esa causa era una fuerza, la misma que mantenía a la Luna en órbita en torno a la tierra.
     Esta conocida historia se cuenta por primera vez en una obra de Voltaire, uno de los filósofos franceses impulsores de la Ilustración. Él había estado exiliado en Gran Bretaña e, impresionado por el avanzado pensamiento anglosajón, a su regreso a Francia, divulgó las nuevas teorías científicas y filosóficas. En su libro “La filosofía de Newton” cita la anécdota en boca de la propia sobrina del genio, Caroline Barton. También la refiere el amigo personal y biógrafo de Newton, William Stukeley, quién afirma  se la contó el propio Newton, ya en sus últimos años de vida, una tarde mientras tomaban el té en el jardín de su casa.
     ¿Verdad o solo una bonita leyenda? La Ciencia está llena de descubrimientos casuales. ¿Sería la Gravitación Universal uno de ellos? No parece probable. También la Ciencia está llena de anécdotas y curiosidades apócrifas.     
 Para empezar, existían ya muchos precedentes que apuntaban hacía la Gravitación: Las Leyes de Kepler del movimiento planetario o los estudios de Hooke –contemporáneo de Newton- sobre las fuerzas. Parece que éste último llegó a proponer la existencia de la fuerza gravitatoria e incluso esbozó un cálculo matemático para obtenerla. Sin embargo la cuestión no fue resuelta completamente hasta que Newton tomó cartas en el asunto. Además la forma de trabajar de Newton no consistía, precisamente, en contemplar los fenómenos cotidianos que ocurrían a su alrededor. No realizaba experimentos de Física como sí hacía el Italiano Galileo Galilei.

Así pues, es bastante dudoso que  existiera la famosa manzana, aunque no le quita encanto a una historia archiconocida incluso por los legos de la Física.