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miércoles, 14 de noviembre de 2012
" EL DOMICILIO PERFECTO "
Cuando escribimos nuestro domicilio, ¿qué datos ponemos? Entre otros, el país, la ciudad y la calle. A modo de comparación, la galaxia Vía Láctea sería el “país” de la Tierra, el sistema solar (formado por el Sol y sus planetas) sería la “ciudad”, y la órbita que la Tierra describe dentro del sistema solar sería la “calle”. Gracias a los adelantos de la astronomía y la física, los científicos han aprendido muchísimo sobre las ventajas de nuestra ubicación especial en el universo.
Para empezar, nuestra “ciudad” —el sistema solar— se halla situada en la región ideal de la Vía Láctea, ni muy cerca ni muy lejos del centro.
Esta “zona de habitabilidad”, como la denominan los astrónomos, posee la concentración adecuada de los elementos químicos necesarios para la vida. Más allá, dichos elementos escasean; más acá, el vecindario es sumamente peligroso debido a la abundancia de radiación letal y otros factores. Como dice la revista Scientific American, “vivimos en un sector exclusivo”.
LA “CALLE” IDEAL.
No menos “exclusiva” es la “calle”, es decir, la órbita o trayectoria que sigue la Tierra dentro de nuestra “ciudad”, el sistema solar. Dista del Sol 150.000.000 de kilómetros (93.000.000 de millas) y se encuentra dentro de los límites de una zona idónea para el desarrollo de la vida, porque allí los organismos ni se congelan ni se chamuscan. Además, por ser casi circular, nos mantiene más o menos a la misma distancia del astro rey todo el año. El Sol, por su parte, es la “central eléctrica” perfecta: es estable, tiene el tamaño ideal y libera la cantidad exacta de energía. Con razón se dice que es “una estrella muy especial”.
EL “VECINO” PERFECTO.
Si tuviéramos que escoger un “vecino” para la Tierra, no hallaríamos uno mejor que la Luna. Su diámetro mide algo más de la cuarta parte del de la Tierra. Por lo tanto, comparada con otras
lunas de nuestro sistema solar, la nuestra es excepcionalmente grande respecto a su planeta anfitrión. ¿Mera coincidencia? No parece. En primer lugar, la Luna es la principal causa de las mareas oceánicas, tan vitales
para la ecología del planeta. Además, su presencia estabiliza la orientación del eje terrestre. Sin su satélite hecho a la medida, nuestro planeta se bambolearía como un trompo y quizás hasta se volcara y girara acostado. Los cambios que se producirían en el clima y la y las mareas, entre otros, serían catastróficos.
INCLINACIÓN Y ROTACIÓN PERFECTAS.
La Tierra tiene una inclinación de aproximadamente 23,4°, lo que da lugar al ciclo anual de las estaciones, modera las temperaturas y permite una amplia variedad de zonas climáticas. “La inclinación del eje terrestre parece ser la ‘idónea’”, señala el libro Rare Earth —Why Complex Life Is Uncommon in the Universe (Tierra
rara: por qué la vida compleja es tan escasa en el universo).“Idónea” es también la duración del día y la noche, que resulta de la velocidad de rotación de la Tierra en torno a su eje. Si fuera mucho más lenta, los
días serían más largos y la cara del planeta que da al Sol se abrasaría, mientras que la otra se congelaría. Al revés, si la Tierra girara mucho más deprisa, los días durarían menos, quizás unas cuantas horas, y se generarían vientos huracanados incesantes y otros fenómenos muy perjudiciales.
ESCUDOS PROTECTORES
El espacio es un lugar peligroso a causa de la radiación letal y de los meteoroides que lo surcan constantemente. Pese a ello, nuestro planeta azul viaja por esta “caseta galáctica de tiro al blanco” sin sufrir apenas daño. ¿Cómo lo logra? Gracias a que está blindado por un potente campo magnético y una atmósfera hecha a la medida.
EL CAMPO MAGNÉTICO.
El núcleo de la Tierra es una esfera giratoria de hierro fundido, lo que crea un enorme y potente campo
magnético que se extiende muchos kilómetros en el espacio. Dicho campo actúa como un escudo que nos protege del impacto directo de la radiación cósmica y de las fuerzas potencialmente letales que emanan
del Sol. Entre estas figuran el viento solar, que consiste en un flujo constante de partículas de energía; las erupciones solares, que en minutos liberan una energía equivalente a la que produciría la detonación de
miles de millones de bombas de hidrógeno, y las explosiones en la corona, o capa más externa del Sol, que expulsan al espacio miles de millones de toneladas de materia. Hay señales visibles que nos recuerdan
la protección que nos brinda el campo magnético terrestre. Por ejemplo, las erupciones solares y las explosiones en la corona del Sol producen intensas auroras polares, fenómenos luminosos de gran colorido que se observan en la atmósfera superior cerca de los polos magnéticos de la Tierra.
LA ATMÓSFERA.
Esta envoltura gaseosa no solo nos permite respirar, sino que también nos ofrece protección extra. Una de
sus capas, la estratosfera, se caracteriza por la presencia de una variante del oxígeno llamada ozono, que absorbe hasta el 99% de los rayos ultravioleta. Así pues, la capa de ozono protege de la radiación nociva a
las múltiples formas de vida que hay en la Tierra, desde el plancton —del que dependemos para la producción de gran parte de nuestro oxígeno— hasta nosotros los seres humanos. El nivel del ozono estratosférico no es fijo, sino que varía en función de la intensidad de la radiación ultravioleta. En efecto, la capa de ozono constituye un escudo eficaz y dinámico. La atmósfera también nos defiende del bombardeo diario de millones de objetos procedentes del espacio, que van desde partículas muy finas hasta rocas gigantescas. La gran mayoría se incendia al penetrar en ella, provocando destellos luminosos conocidos como meteoros. Los escudos de la Tierra, sin embargo, no bloquean el paso de la radiación necesaria para la vida, como el
calor y la luz visible. La atmósfera contribuye incluso a la distribución térmica en la superficie terrestre, y durante la noche sirve a modo de manta para retardar la fuga de calor hacia el espacio. La atmósfera y el campo magnético de la Tierra son verdaderas maravillas del diseño que el hombre aún no entiende a plenitud.
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Hola, es increible el universo, y pensar que solo estamos en una galaxia y esa galaxia es microscopica a comparacion del universo entere, es increible.
ResponderEliminarcomo dice mi compañero nada mas estamos en una galaxia lo cual no han descubierto que hay mas allá de ella lo cual no se sabe si hay mas vida o no este tema es muy interesante lo que ami mas me gusta son las fotos tomadas hacia la tierra. :)
ResponderEliminarwow es increíble pensar que somos como un pequeño granito de arena en toda la playa es genial el universo
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